LA BREVE EXPERIENCIA DE GOBIERNO PARLAMENTARIO EN BRASIL




La breve experiencia de gobierno parlamentario en Brasil

Por Aurelio Nicolella

Aunque muchos no sepan, el Brasil, vivió en la década del sesenta una breve experiencia de régimen parlamentario, es cierto que ya en la vida brasileña existió con anterioridad un sistema de gobierno en siglo XIX (durante el periodo del Imperio, en que se elaboro una constitución que concedió poderes moderados al soberano.
Pero es necesario hacer una breve referencia a la historia republicana brasileña, para poder entender los movimientos y principales sucesos que llevaron a la breve implementación del sistema parlamentario de gobierno en la citada década.
Al triunfar el golpe militar de 1889 en que se derroca al emperador Pedro II, se proclama la República, las antiguas provincias pasaron a denominarse estados y, con base en un régimen federal, según el modelo estadounidense, se adopto asimismo el nombre de Estados Unidos del Brasil, desde dicha fecha hasta 1930 durante 40 años duro lo que se denomina “La Primera República” que fue gobernada por 13 presidentes, desde 1930 a través de un golpe de estado denominado “Revolución Nacional” en que comienza para los historiadores la “segunda República”. Los cabecillas del alzamiento eligieron al gobernador de Río Grande do Sul, Getulio Vargas, quién mantuvo el poder durante 15 años. En 1937 establece lo que se conoce como “O Estado Nôvo”, que se caracteriza por un poder centralista y corporativista. En 1945 comienza la “Tercera República” con el dictado en 1946 de una constitución de signo liberal y democrática, lo que permitió al Brasil en cierta parte retomar la legalidad constitucional y avanzar hacia considerables progresos sociales. En 1950 comienza paulatinamente la caída del poder de Getulio Vargas, se verifican en dicho período una creciente corrupción administrativa, en 1954 Getulio Vargas se suicida, dejando un testamento político acusando a Estados Unidos y su política para la América Latina como responsable de los males que debe padecer el Brasil.
Durante el período que sigue desde 1954 a 1961, el Brasil experimenta el abultado crecimiento de su deuda externa, una expansión productiva en lo industrial y comercial pobre en todos los aspectos; caracterizándose únicamente como un logro sobresaliente la construcción de Brasilia como la nueva capital del Brasil, también durante dicho periodo no se realizaron las reformas agrarias, fiscales y financieras que el Brasil necesitaba. Se llega a 1960 en que Jânio da Silva Quadros triunfa en las elecciones presidenciales, dicho presidente no cumplió ninguna de las promesas electorales, teniendo que dimitir a los seis meses de haber asumido la presidencia. Produciendo una grave crisis en el gobierno por oposición de los militares es así que el parlamento sanciona una enmienda en la constitución incorporando el sistema parlamentario de gobierno en agosto de 1961, asume la presidencia de la república João Goulart, vicepresidente de Jânio da Silva Quadros, el sistema parlamentario, duro hasta enero de 1963 en que con un plebiscito se restablece el sistema presidencialista, recuperando los plenos poderes. Cabe mencionar que João Goulart luego del restablecimiento del sistema presidencialista comenzó a gobernar por medio de decretos ejecutivos, es así que en marzo de 1964 fue depuesto por un golpe militar, dando comienzo a una larga dictadura militar que duro hasta 1985.
En 1993 los ciudadanos del Brasil tuvieron la posibilidad de elegir a través de un plebiscito entre tres variantes de gobierno, el sistema republicano presidencialista, el sistema republicano parlamentario y/o la restauración monárquica, la campaña electoral, que fue breve y que giro en torno de las bondades del sistema presidencialista, ya que sus partidarios explotaron con total inteligencia el hecho de que Brasil no escapa a las generales de ley de América Latina, en donde se encuentra arraigada la idea del “paternalismo presidencial”, ya que la población brasileña se encuentra más que cualquiera de la América Latina afianzada en la imagen de que para gobernar se debe tener un ejecutivo fuerte representado en una persona. Como se desprende los partidarios del sistema parlamentario no tuvieron la oportunidad cierta y real de explicar la dimensión del sistema parlamentario, es evidente que les jugo en contra el miedo y el desconocimiento que poseían los ciudadanos sobre este temor, temor que ha decir verdad un poco es real y otro poco creado por los partidarios del sostenimiento del régimen presidencialista. En síntesis se perdió una gran oportunidad de ver implementado el régimen parlamentario de gobierno.
La conclusión es que se quiso imponer en la década del sesenta un cambio al tradicional sistema presidencialista. Es indudable que la reforma no prospero fue efímera, todo nació con el veto militar al presidente João Goulart, la razón fue mezquina y coyuntural, era evidente el sistema implementado no funcionara, se pretendía solamente cortar por lo más delgado, no se hizo una reforma profunda, el hecho esta que dos años después el pueblo brasileño en un 70 por ciento votó en el plebiscito el retorno al sistema presidencialista, agravándose más la crisis. Entonces es entendible que la experiencia fracasara, porque todo cambio debe ser profundo, y debe llevar a un total conocimiento del cambio que se produce.